En "La Corte de Letralia" est? formado por un conjunto de sonetos que nos introducen de lleno en el mundillo literario a trav?s del humor. Detr?s de estos versos hay mucho de respeto por las gentes que escriben. Yo mismo estoy ah?. El trabajo fue merecedor de un acc?sit en el concurso de literatura de humor "Jara Carrillo". Corr?a el a?o 2003.
LETRALIA
?En aqueste lugar tan literario
poblado de eruditos y poetas,
novelistas, cuentistas y exegetas,
que conforman un circo tabernario,
??
se discute con lengua de notario
de m?stica, de sexo y de recetas,
a las putas se llama alcahuetas
y se mide el matiz del diccionario.
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?En aqueste lugar reinan las artes
de la envidia, lo c?mico, el recelo...
de ver quien toma a quien mejor el pelo.
?
?Fachada y falsedad son estandartes
de unos tipos que adoran la mixtura
de herir y malvender a la escritura.
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LA REINONA
?Para ser la reinona, ya se sabe,
de este mundo bohemio y alocado
hay que ser melindroso, descarado
y vestirse por fuera como un ave.
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?Hay que ser de car?cter bien suave,
presumir de alg?n libro publicado,
hay que ser lameculos y taimado
y advertir que en el tuyo todo cabe.
?
La reinona o el rey, da lo mismo,
tiene un primo lejano en el poder,
mira fotos que exaltan el fascismo
?
de Sam Franco, San-Jurjo, y Pinochet.
Ella o ?l tiene un punto de erotismo,
y es que s?lo disfruta con joder.
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LA CULTURA
La cultura reside en palacete
ni moderno ni cl?sico, horroroso,
por fuera, ante todo, es fastuoso,
por dentro es decorado de sa?nete.
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La cultura es lo rancio, un tenderete
de lo vacuo, lo triste y lo casposo,
la cultura es charol, gomina, un coso
donde hay que lidiar con un retrete.
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La cultura es plagiar, robar la idea,
vejar a la persona independiente,
vestir al escritor con la librea
?
que luce de uniforme un fiel lacayo.
La cultura es callar, ser obediente
y cantar como canta un papagayo.
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EL PARNASO
Todos son importantes, todos moran
en un vetusto y c?nico Parnaso,
disfrazan con discursos su fracaso
y a las musas altruistas rememoran.
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Todos hablan muy lindo y enamoran
con un verso ripioso de payaso,
todos matan su pena con el vaso,
a una puesta de sol todos le lloran.
Son sensibles, egregios y elegantes,
al poder enaltecen cual bufones,
por un premio se vuelven intrigantes.
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Se execran entre s?, son criticones,
y en el D?a del Libro son tunantes
en fatua procesi?n de figurones.
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LA TERTULIA
?Agonizaba la poes?a. Eterno,
el poeta en un rinc?n del bar clamaba,
la musa de la l?rica no estaba.
Unos versos sin alma en un cuaderno.
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Aquello era un remedo del infierno:
la m?quina monedas se tragaba,
el docto hablaba y nadie lo escuchaba,
el esteta exponia qu? es moderno.
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Flu?an las palabras m?s hermosas,
Burjaca, barjuleta y faltriquera
?mataron a una bolsa por hortera.
?
Lloraban unas rosas amorosas,
sin brillo, son color y sin aroma.
Eran s?lo vocablos con carcoma.
?
EL POETA
??Qui?n lo llam? divino? Era un poeta,
sin carne de inmortal que parec?a,
con m?scara su jeta recubr?a
de nadie iluminado de profeta.
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?Qu? tono recitando a pedorreta!
?Qu? gustaba de audiencia si le?a!
Y afirmaba que nunca se vend?a,
??l!, que no desde?aba una peseta.
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Un Quevedo mordaz se figuraba,
un lopillo de corre que te pillo,
gongorino del mar que nunca acaba.
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Hablaba con locuaz batiburrillo,
y aunque al noble parnaso desde?aba
era s?lo un adicto al concursillo.
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?LA ESCRITORA
?Es un sol que relumbra, ?es un verano!,
es un diamante falso en un joyero,
es un vac?o y est?pido florero
que luce con donaire cortesano.
?
Escribe con estilo casquivano
la receta que diole un pastelero
o un relato castizo y petardero...
?Sus versos son cosecha de hortelano!
?
Postiza en la dicci?n y en la postura,
presume de que adora la escritura
cuando siempre la pierde el cotilleo.
?
Asiste a una tertulia, pero muda
pues no tiene opini?n, s?lo saluda
y proclama el fest?n del comadreo.
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EL NOVELISTA
Son sus ojos dos lunas de tan alto
que mira, lleva sienes plateadas
por tintar su ignorancia, pu?aladas
su voz de microc?falo contralto.
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Viste traje chaqueta de cobalto,
las u?as de sus manos son espadas,
el desd?n con que trata cuchilladas.
Encontrarse con ?l da sobresalto.
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Ay qu? miedo produce el novelista,
condecorado y vividor negrero,
imp?dico y terrible moralista
?
que fustiga a este mundo pordiosero
con la pluma mordaz del periodista.
Una escultura exalta al bucanero.
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EL BUF?N
Para hacer de la corte de Letralia
un lugar de post?n y pinturero
hay nombrado un buf?n, d?cil carnero,
y torpe palafr?n. Tiene dislalia.
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Ha bebido las aguas de Castalia,
ronronea el enano majadero,
incansable sopl?n y recadero.
Mas que gente es pariente de animalia.
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Su divisa es salir siempre en la foto
con semblante feliz y con carpeta,
donde duerme un poemario tan ignoto
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que no ha parido a?n su enorme testa.
Se presenta con risas y alboroto,
sus chismes son plum?fera gaceta.
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EL AUTOR
Confieso que me quiero, soy sincero,
para salvar mi alma de la pena
de ser hombre con nombre, un anatema
que destripa en la plaza un mal vocero.
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Y qu? pasa si digo que me quiero,
majaderos, me suelto la melena
y entono para m? todo un poema
cacof?nico, lerdo y lisonjero.
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Soy sincero, me quiero, por mi menda
me brindo con un vino de leyenda,
por ser grande, escritor figuronista,
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cuentista impenitente, vil trovista,
libelista que en versos se ha vengado
porque fue de Letralia rechazado.
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