TARDE DE MÚSICA
A mi hija Pilar, que nos regala música
Repasa su contorno con un dedo,
el ébano refleja su mirada:
una magia interior, como de un hada,
tiene limpia su cara de un mal miedo.
Descubre tras la tapa el gran enredo:
dentadura vibrante, ajedrezada;
floresta de armonía; coronada
quietud a la razón, tesoro ledo.
Se ha sentado, observada por la gente
que la estima, las manos temblorosas,
ecuaciones de notas en su frente.
La música se escapa, poderosa...
Embarga el corazón de los presentes
el vuelo de vivaces mariposas.
LOS PROBLEMAS DE MI HIJA
A mi hija Santos
Está dubitativa, repensando
qué dice el enunciado de un problema,
si está dentro del arco del teorema
de enigmas que se están multiplicando.
Trabaja su cabeza, calculando,
los datos resumiendo en un esquema
que no aclara las dudas de un dilema
con leyes que la están deshidratando.
Se acuerda de la madre del gran griego
inventor y filósofo deicida
que quiso hacer un arma de la luz.
La miro, le sonrío, la sosiego...
Ojalá los problemas de la vida
no le sean un misterio ni una cruz.
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