(San Fernando - Cádiz)
Ramón Luque Sánchez
Castillo de San Romualdo,
antiguo y regio ribat,
o quiere alcanzar la luna
o quiere marcharse al mar.
Las salmodias de almohades
se diluyen en batallas,
entre sus cuatro paredes
cielo y tierra por Dios claman.
Miedos y Corán sostienen
la fe que empuña la espada.
Al atardecer, vencejos
sobrevuelan sus murallas,
aletear de recuerdos
que adormecen las miradas.
Sueña el Real Carenero
-una preciosa muchacha-,
que le da el el ribat su mano
cuando llega la mañana.
El caño de Sancti Petri
entre salinas se alarga
y a los dos pasea entonces
a lomos de una barcaza.
Castillo de San Romualdo,
morisco y después cristiano,
unido estás por los siglos
a la bella San Fernando.
Castillo de San Romualdo,
antiguo y regio ribat,
o quiere alcanzar la luna
o quiere marcharse al mar.
Las salmodias de almohades
se diluyen en batallas,
entre sus cuatro paredes
cielo y tierra por Dios claman.
Miedos y Corán sostienen
la fe que empuña la espada.
Al atardecer, vencejos
sobrevuelan sus murallas,
aletear de recuerdos
que adormecen las miradas.
Sueña el Real Carenero
-una preciosa muchacha-,
que le da el el ribat su mano
cuando llega la mañana.
El caño de Sancti Petri
entre salinas se alarga
y a los dos pasea entonces
a lomos de una barcaza.
Castillo de San Romualdo,
morisco y después cristiano,
unido estás por los siglos
a la bella San Fernando.